sábado, 2 de julio de 2011

Liérganes.


Situado en la zona norte del valle de Miera y con una extensión de 36,7 km2, este municipio se encuentra enclavado a los pies de dos pequeñas elevaciones llamadas Marimón y Cotillamón, conocidas popularmente como ‘las tetas de Liérganes’ por su parecido antropomorfo.

El origen de este municipio, se formó como resultado de la división de la antigua Junta de Cudeyo en el periodo constitucional, se remonta a la Edad del Hierro, cuando diversas poblaciones se asentaron en la zona conocida como los castros de Castilnegro y Peñarrubia. Sin embargo, la primera referencia histórica data del año 816 en Santa María del Puerto (Santoña), en la que se nombra al monasterio de San Martín de Liérganes.

Su gran riqueza arquitectónica, tanto civil como religiosa, perteneciente principalmente a los siglos XVI y XVII, hizo que el pueblo de Liérganes fuera declarado conjunto histórico en 1999. Entre sus edificaciones se pueden destacar la casa de los Setién, la casa de los Cañones, el palacio de la Rañada, el puente mayor (también llamado puente romano) o la iglesia de San Pantaleón.

En 1622 se instalaron en Liérganes los primeros altos hornos de fundición de hierro que hubo en España, dedicados a la fabricación de cañones y piezas de artillería que, junto a los de La Cavada, llegaron a ser los más famosos del país durante el siglo XVII. Otro acontecimiento que modificó la actividad de la zona fue la apertura, en 1862, del balneario de Liérganes, un establecimiento situado sobre las aguas sulfurosas de la Fuensanta, que transformó la comarca en un lugar de veraneo e hizo posible el desarrollo de una importante vida social en su entorno.

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