Cuenta la leyenda que la torre, con forma de faro, obedecía al capricho de un indiano que pretendía ver el mar desde Arredondo. No obstante, esta versión romántica sería un agravio a Gutiérrez Solana, ilustre personaje y acaudalado empresario. Además de promover la construcción de esta iglesia de San Pelayo, financió en Arredondo, la construcción del ayuntamiento y dos escuelas de niños y dos de niñas, con cinco viviendas para maestros y secretario, así como la construcción de la carretera San Salvador - La Cavada - Ramales, en la que invirtió 700.000 pesetas a mediados del siglo XIX, constituyendo la única comunicación de Santander con Bilbao. Participó en los primeros proyectos del ferrocarril Santander - Alar del Rey. |
lunes, 5 de septiembre de 2011
Arredondo.
Publicado por
Agustin Fraile San Martin
en
9/05/2011 08:37:00 a. m.

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la torre se asemeja al torreon de un castillo...
ResponderEliminarMuy bonito.
Besos